¿QUÉ ES EL PECADO?

Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 1 Juan 3:1-10

El pecado es conocido como infracción de la ley, todo persona que no obedece los mandatos de Dios o practica la injusticia. Muchos dirán la imposibilidad de hacer el bien, en medio de tanta maldad y más porque ahora vemos más malos que buenos. Pero si es posible practicar la justicia y hacer el bien por medio de la fe y el Espíritu Santo que nos liberta, nos purifica y nos ayuda a no vivir bajo el domino del pecado (1 Pedro 3:18-22; Gálatas 5:5).

Tal razón argumenta la importancia del nuevo nacimiento, para que venga el Espíritu Santo a nosotros y así mismo nos estorbe el pecado. Al bautizarnos estamos permitiendo que el Espíritu Santo domine nuestros cuerpos y así  se pueda cumplir la promesa cuando Jesús dijo: «el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá…» esta es la promesa que todo pecador debe entender.

ES POSIBLE MORIR AL PECADO CUANDO PERMANECEMOS EN JESÚS:

Muchos se han apartado de la fe porque no pueden dominar su carne y dicen: «No siento el Espíritu de Dios en mi» o «no me atrevo a buscar a Dios porque soy un pecador» ¡Pues ese es el primer y gran error cuando un creyente no sigue la verdad en Jesús! Hay que buscar a Dios, así el cuerpo no muera inmediatamente a ciertos pecados que puedan condenar, antes hay que perseverar por amor a Dios, por esa esperanza de que seremos salvos si permanecemos en Él. Tal motivo, expresa la posibilidad de morir al pecado, teniendo en cuenta que debemos tener un arrepentimiento sincero para confesar y apartarnos del pecado, esto solo se puede alcanzar en la oración, ayuno y  en su palabra; para que sea Jesús ayudándonos a morir a toda malicia que pueda tener cada hombre.

Así que, no dejemos que el acusador nos condene,  si caemos y tenemos fe, toda batalla o lucha es vencida en el Nombre de Jesús. Y cuando vencemos, no debe morar temor de volver atrás para cometer los mismos pecados del pasado. Antes debemos ser humildes y orar a Dios para que nos guarde de caer o de la soberbia; pues si llegara el caso  de que mañana pecáramos, y olvidamos confesar ese pecado porque «ya no pecamos…» sería un peligro, al no ver  algún pecado en nosotros y no reconocerlo; y más porque Dios atiende al humilde y al altivo lo mira de lejos. Cuando un justo peca y no se aparta, ya no podrá ser justificado por sus buenas obras del pasado, por esto debe tener esa humildad por si mañana debe humillarse, confesar  y apartarse para no ser condenado (1 juan 1:8-10; 1 Juan 3:6-7; Jeremías 2: 35 – Proverbios 28: 13-14, Ezequiel 3:18-21; Ezequiel 33:11-20).

DIOS NO QUIERE QUE NINGUNO DE LOS QUE ÉL ELIGIÓ SE PIERDA:

Jesús también dijo: «Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese» (Juan 17:12).Si Dios trajo salvación al mundo, es porque no quiere que ninguno de los que Él eligió se pierda. Sea que veamos o no veamos, Dios siempre utilizará las estrategias perfectas para que ninguno de los que Él eligió se pierda. ¿A caso Jesús, no nos dijo que Él es nuestro buen pastor, todo el que cree no solo lo ve a Él sino al Padre y si es necesario, dejaría 99 justas solo por ir a rescatar una oveja perdida? ¿Él siendo Dios no lo haría?  Claro que lo haría, y más porque en Él hayamos el perdón y restauración.

Así que reconozcamos cual es nuestro caminar, si sabemos hacer lo bueno, debemos hacerlo. No podemos ser como esas personas que conociendo lo que a Dios le agrada, deciden apartarse o peor aún, toman la decisión de aparentar lo que no son «ser santos ante los hombres» sin tener una relación personal con Dios, sencillamente porque amó más el pecado y decidió vivir con Él. Aunque no falta quienes  por ignorancia no ven sus propios pecados, pero Dios es misericordioso, perfecto y sabe como amonestar a sus Hijos y hacerlos volver a Él. Por esto, no podemos perder la sensibilidad de escuchar de Dios, sea el medio que Él utilice, debemos dejarnos  corregir y guiar por Él. 


«…y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado» Santiago 4:17


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