¡Hay debilidades que matan, pruebas que enferman!
Como soldado herido nos hemos encontrado alguna vez y solo Dios puede darnos paz en nuestras vidas, Él es refugio en momentos de zozobra, sólo él salva a los perdidos.
No importa la situación en que estemos, no importa si perdimos de vista el camino, solo el Padre Celestial nos levanta.
Como ovejas perdidas en medio de lobos debemos recordar esa voz que dice:
“Los sanos no necesitan médico, los enfermos sí”

Cierto es, lo mucho que duele el juicio del hombre al vernos caer pero duele más estar lejos de Dios, aún cuando no hay esperanza, aún cuando la soledad nos rodea, aún cuando la pena y el dolor nos roba la respiración es ahí cuando debemos mirar al eterno
Así en la tierra nos cierren muchas puertas, Dios siempre nos sostendrá y las puertas de tu trono siempre permanecerán abiertas, para todo aquel que pone en él su esperanza, así estemos sucios e inmundos ante sus ojos, sólo Él nos restaura.
Y si no crees estas palabras, le invito a que mires a David en el Salmo 38, David estaba en un momento de tribulación y pruebas, estaba solo, siempre tenía temor de caer, estaba enfermo a punto de morir, su corazón gemía pero esperaba en la salvación de Dios.
Así que eres libre de tomar una decisión, si esperas en Dios, dejando atrás todo aquello que nos impide verlo o de lo contrario puedes decidir, olvidarte de Dios viviendo una tradición y no una relación real con Él.
Recuerda, que en los desiertos, en los caminos oscuros somos probados, para que en momentos de debilidad logremos fortalecer nuestra fe
Así que no olvide este dicho por Jesús:
«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero tened buen ánimo, yo he vencido al mundo». Juan 16:33
Su gracia nos salva, su misericordia permanece para siempre
¡Dios bendiga siempre tu caminar!
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